DESMITIFICANDO EL DISEÑO
A quien pueda y no pueda interesar:
Camaradas, muy poco sabemos o tal vez algunos nunca hemos escuchado hablar de Victor Papanek, (1.927 – 1.999), teórico y filósofo del diseño que nace en Viena, Austria e hizo carrera en Estados Unidos; en estos días revisando algunos textos recomendados me tope con este autor, el cual ya lo había escuchado por voz de algún profesor de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Los Andes, profesores de esos que uno se consigue en la carrera universitaria y se nota que andan persiguiendo algún fin justo.
Maravillosamente desde hace un poco mas de tres décadas Papanek lanzó algunas ideas acerca del diseño socialmente responsable, ideas plasmadas en su libro más comentado “Design for the Real World: Human Ecology and Social Change” – la traducción se la dejo al hermano y amigo Ruben – en dicho libro hace una mención bastante interesante Papanek: "Cuando el diseño toma en cuenta la ecología, inmediatamente se vuelve revolucionario. Todos los sistemas actuales se basan en el mismo postulado: debemos comprar más, consumir más y eliminar más, es decir, arruinar el planeta Tierra.”, tarea que sin darnos o dándonos cuenta hemos venido haciendo hasta hace unos minutos atrás y la cual ya es inherente a la actividad humana y definitivamente no deberíamos considerarla así. Algunas de las críticas que hace Papanek a las nuevas tendencias del diseño, en este caso del diseño gráfico y su educación, habla de seis tareas confusas:
.- Persuadir a las personas de que compren cosas que no necesitan con dinero que no tienen para impresionar a otros a quienes no les interesa.
.- Informar persuasivamente acerca de los méritos de un artefacto, servicio o experiencia.
.- Envasar artefactos, servicios o experiencias de modo derrochador y ecológicamente indefendible. (¡Fíjense en el ataúd de cualquier funeraria!).
.- Brindar deleite o catarsis visual a las clases que aprendieron a responder “como corresponde”.
.- Borrar con una mano lo que se hace con la otra (afiches contra la contaminación, comerciales contra el cigarrillo).
.- Investigar sistemáticamente la historia, el presente y las prácticas futuras de las cinco áreas antes mencionadas.
Basándonos ya en tal cita tan irrefutable y cierta al menos para mí, caemos en el tema de cual es la función de los productos, esos que compramos diariamente y sin hacer mucho esfuerzo entran a relucir esas preguntas de tipo existencialistas ¿De donde vienen? ¿Quién los hace?, ¿A dónde van?, ad absurdum. Para ello recomiendo que se detengan por unos 20 minutos aproximadamente y vean esto: http://video.google.com/videoplay?docid=-5645724531418649230
El mito de que: - el diseño es una profesión - los diseñadores tienen buen gusto - el diseño es una mercancía - el diseño es para la producción - el diseño es para las personas - el diseño soluciona problemas - los diseñadores tienen habilidades especializadas que se desarrollan durante seis años de educación especializada - el diseño es creativo - el diseño satisface necesidades - el diseño es temporal. De igual manera propone diez maneras de desmitificarlo, pero solo por mencionar dos de las más relevantes de todas, aunque se consideren de igual manera todas importantes:
.- Los diseñadores deberán interesarse perseverantemente por la importante diferencia que existe entre los recursos renovables y no renovables.
.- El diseño debe curar a las personas de la adicción a los productos y eso se logrará no solo desmitificando el diseño sino también el objeto.
Aún estamos a tiempo camaradas... a tiempo para actuar y revertir los procesos, una opinión bastante particular es que esta situación no erradica en las etiquetas de nuestros productos, más bien radica en nuestras formas de vida y de consumo.
Ya para finalizar me gustaría hacerlo tal cual como lo hace Victor Papanek en uno de sus artículos citando un proverbio chino que dice:
veo y recuerdo,
hago y comprendo.
Si el diseño quiere asumir sus responsabilidades ecológicas y sociales, debe ser revolucionario y radical (en el sentido estricto de las palabras). Debe reivindicar para sí "el principio del menor esfuerzo" de la naturaleza: un inventario mínimo para un catálogo máximo, o hacer lo máximo con lo mínimo. Esto implica de que consumamos menos, que hagamos que las cosas duren más tiempo, que reciclemos los materiales, y probablemente que dejemos de desperdiciar papel para imprimir textos como éste u otros más interesantes. SALUDOS!
1 comentario:
aguante poeta
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