Al cumplirse un año de la siembra del poeta Yimi, la comunidad elaboro este video para recordarlo.
viernes, 29 de agosto de 2008
martes, 26 de agosto de 2008
jueves, 21 de agosto de 2008
ALGO DEL POETA JURIC
La persona de esta foto les resultara conocida a varios mimebros de nuestra comunidad, y a los que no lo conocen , el es el poeta Carlos Juric, escritor, amigo, conversador, eterno fumador y tomador de cervezas como nosotros, actualmente el poeta se encuentra transitando por Madrid , estamos a la espera de su regreso a Maracaibo para que se cree otro bar que nos permita compartir como en esas memorables noches y amanceres de Macondo y podamos ser de nuevo los "Viejos Muchachos"
Los presentes poemas son de su libro titulado "Tumultuario" , el cual quizo compartir con nosotros.
Armapoema
Dulces sueños
a los perseguidos por su sombra
a las prostitutas y sus duelos
a los delirantes de las letras pequeñas
a los traicionados en su torpe empeño
dulces sueños
a los vagabundos del estigma perpetuo
a los desahuciados que se ríen de todo
a los hambrientos que se callan las tripas
a los condenados que no niegan nada
dulces sueños
a los miserables en todo su encanto
a los poetas y sus balas perdidas
a las minorías de la fe extraviada
a los descartables de lagrima viva
dulces sueños
a los sospechosos de las pesadillas
a los inconformes que aman aterrados
a los mal vivientes que temen y ocultan
a los tartamudos que entienden el mundo
dulces sueños
a los desvelados de los horizontes
a los heridos de primera fila
a los ebrios invencibles
a los olvidados de cualquier fábula
dulces sueños
a los fracasados que ya no insalivan
a los confundidos que no entienden nada
a los errantes que lo han visto todo
a los viudos que aman el olvido
dulces sueños
a los adictos de las esperanzas
a los desterrados del ínfimo consuelo
a los presos de presunta inocencia
a los desvalidos que aturden de vida
dulces sueños
a los lujuriosos que se apartan del día
a los furiosos que pelean con el tiempo
a los resignados de rodillas limpias
dulces sueños compañeros
a pesar de todo
y todavía.
Dulces sueños
a los perseguidos por su sombra
a las prostitutas y sus duelos
a los delirantes de las letras pequeñas
a los traicionados en su torpe empeño
dulces sueños
a los vagabundos del estigma perpetuo
a los desahuciados que se ríen de todo
a los hambrientos que se callan las tripas
a los condenados que no niegan nada
dulces sueños
a los miserables en todo su encanto
a los poetas y sus balas perdidas
a las minorías de la fe extraviada
a los descartables de lagrima viva
dulces sueños
a los sospechosos de las pesadillas
a los inconformes que aman aterrados
a los mal vivientes que temen y ocultan
a los tartamudos que entienden el mundo
dulces sueños
a los desvelados de los horizontes
a los heridos de primera fila
a los ebrios invencibles
a los olvidados de cualquier fábula
dulces sueños
a los fracasados que ya no insalivan
a los confundidos que no entienden nada
a los errantes que lo han visto todo
a los viudos que aman el olvido
dulces sueños
a los adictos de las esperanzas
a los desterrados del ínfimo consuelo
a los presos de presunta inocencia
a los desvalidos que aturden de vida
dulces sueños
a los lujuriosos que se apartan del día
a los furiosos que pelean con el tiempo
a los resignados de rodillas limpias
dulces sueños compañeros
a pesar de todo
y todavía.
Caracas
A Caracas la llevo como una lagrima…siempre cayendo, siempre naciendo
como un grito puro en medio de la estridencia…
es allí donde no nacen profetas
es allí donde el miedo respira
y se siente en la boca
un oscuro sabor a destino.
A Caracas la llevo como un incendio
donde terminan siempre crepitando mis palabras
donde cunde la belleza como una mala hierba
y la hierba es un recuerdo lejanísimo.
A Caracas la llevo
como un fuego cruzado entre los parpados,
con perfume de pólvora y demencia,
con mangos y llovizna
con loros atravesando
suavemente el atardecer
A Caracas la llevo
como una casa en el aire del exilio cotidiano
y es mi tierra de nadie prometida
llevo Caracas como un luto portátil
con la sangre aún coagulando sobre las aceras…
esta Caracas me duele en los costados
duerme clavada allí
oxidando el aire de amores perdidos
agazapada en las fábulas de la niñez
quebrando los sueños de las estatuas
mientras en mis sueñossiempre estoy por volver.
Cotidiana
Atrapado en este cuerpo
que no hace sino chocar con otros
que se arruga y se deshace
en espirales de polvo
hago la ruta transitoria
en el caudal alevoso de los días
hacia su delta definitivo
embriagado por la intensa
insensatez de este juego
agradecido de verdad por el amor
y los sueños, por la ebriedad creadora
de algunas tardes
y poco más.
Batalla
Cansa sobrevivir
a la furia de los carniceros
a ciertos venenos para el corazón
a los grandes amigos
a las tardes tan solas
cuesta sobrevivir
entre mercaderes
mercenarios y meretrices
buscando su bocado tristemente
duele sobrevivir
sin motivo alguno
esperando no sé que
mientras peleas.
viernes, 8 de agosto de 2008
VIVA ZAPATA
Hoy se cumplen 129 anos del nacimiento de Emiliano Zapata y en nuestra comunidad hemos querido brindarle un homenaje a este gran revolucionario.
BIOGRAFIA
BIOGRAFIA
Emiliano Zapata Salazar, el caudillo del Sur y uno de los líderes militares más importantes durante la Revolución mexicana, nació un 8 de agosto en 1879, en San Miguel Anenecuilco, municipio de Ayala, en el estado de Morelos. Zapata fue hijo de Gabriel Zapata y de Cleofas Salazar, quienes trabajaban en condiciones difíciles en la venta y compra de animales y en la producción de sus casi estériles tierras. Señalan algunos historiadores, la familia Zapata tuvo que diversificar sus actividades, encaminándolas a la pequeña ganadería para mantener su débil autonomía de la próspera hacienda azucarera del lugar. En tales condiciones, don Gabriel Zapata enseñó a sus hijos las labores del campo y en las de ranchero criador de ganado. Les enseñó: “Para comer en la casa, hay que sudar en el surco y el cerro, pero no en la hacienda”.
Emiliano Zapata cursó la educación primaria en la escuela de la aldea, pero a los 16 años quedó huérfano de madre y 11 meses más tarde, también de padre. El patrimonio que heredó, aunque escaso, fue suficiente como para no tener que emplearse como peón de alguna de las haciendas del lugar. Su infancia se desarrolló a la par del latifundismo porfirista en Morelos. Realizó sus primeros estudios con el profesor Emilio Vera, quien había sido un viejo soldado juarista. Pronto trabajó como labrador y arriero.En 1906 asistió a una junta de campesinos en Cuautla para discutir la forma de defender frente a los hacendados vecinos sus tierras del pueblo. Su rebeldía lo condenó a la leva: en 1908, Zapata quedó incorporado al 9°. Regimiento de Caballería, en Cuernavaca.Se dice que el pretexto que se usó para su incorporación al ejército fue el hecho de que había raptado a una jovencita, ya que Zapata era conocido por ser un hombre muy enamoradizo. La acusación la puso el padre de Inés Alfaro Aguilar, joven con quien tiempo después Zapata tendría dos hijos: Nicolás y Elena Zapata Aguilar, aunque Zapata tuvo más hijos.
En septiembre de 1909, Emiliano Zapata fue electo presidente de la junta de defensa de las tierras de Anenecuilco, donde empezaría a analizar los documentos que acreditaban los derechos de los pueblos a sus tierras y se convertiría, de esa manera, en dirigente agrario de Morelos, su estado natal. Su primera aparición política ajena a su mundo campesino fue en las elecciones para gobernador de Morelos en 1909, cuando apoyó al candidato de la oposición, Patricio Leyva, en contra del de los latifundistas, Pablo Escandón y Barrón. En mayo de 1910 recuperó por la fuerza las tierras de Villa de Ayala, que eran protegidas por el jefe de policía José A. Vivanco y que dejó en posesión de los campesinos del lugar. Por este hecho tuvo que escapar varias veces del Gobierno, pues fue declarado bandolero. Después de haber recuperado las tierras, las dejó en posesión de todos los campesinos de aquel lugar. Algunos meses después participó en la reunión que se celebró en ese mismo lugar, es decir, en Villa de Ayala, con el objetivo de discutir lo que después se convertiría en el Plan de Ayala. En 1910, al estallar la revolución, Zapata se incorporó a las fuerzas maderistas, atraído por las demandas agrarias del Plan de San Luis, pero una vez que triunfó este movimiento, el reparto de la tierra no se llevó a cabo. Los hacendados, aprovechando que el ejército porfiriano se mantuvo en pie, presionaron para que las fuerzas campesinas fueran desarmadas y urdieran una traición que por poco le cuesta la vida a Zapata.
En esas condiciones, Zapata reorganizó a su ejército y tomó Yautepec, Cuautla y Cuernavaca. Al triunfo de la revolución maderista, se negó a deponer las armas mientras no se hiciera efectivo el reparto de tierras. Esta actitud la mantendría hasta el fin de su vida, la cual le provocó enfrentamientos con quienes ocuparon el poder, mostrándose fiel a los principios del Plan de Ayala, ideario agrarista en el que se reflejaban los anhelos de los campesinos, sintetizados en la frase “Tierra y Libertad”. La recuperación de las tierras que les habían quitado a los campesinos era su objetivo principal.
A partir de la proclamación del Plan de Ayala, los zapatistas defenderían su resolución contra los gobiernos de Madero, Victoriano Huerta y Venustiano Carranza. Liquidaron el latifundismo y repartieron la tierra; confiscaron los ingenios y una gran empresa papelera y los pusieron a trabajar en beneficio de la población; fundaron un banco agrícola y abrieron numerosas escuelas primarias y para adultos; reorganizaron la vida política de los municipios, dando impulso a la organización tradicional de los campesinos y creando comités de vigilancia. Sin embargo, derrotado Villa en el Norte, en 1915, sólo el zapatismo representaba un obstáculo a la consolidación del nuevo Gobierno. Contra Zapata se dirigieron numerosas fuerzas que prácticamente arrasaron el estado de Morelos. En 1919, víctima de una celada, Zapata fue asesinado en la hacienda de Chinameca, en el mismo lugar que ocho años atrás le tendieron igual traición. El movimiento zapatista fue derrotado militarmente, más no sus ideales de justicia
Tomado de ABN.
Emiliano Zapata cursó la educación primaria en la escuela de la aldea, pero a los 16 años quedó huérfano de madre y 11 meses más tarde, también de padre. El patrimonio que heredó, aunque escaso, fue suficiente como para no tener que emplearse como peón de alguna de las haciendas del lugar. Su infancia se desarrolló a la par del latifundismo porfirista en Morelos. Realizó sus primeros estudios con el profesor Emilio Vera, quien había sido un viejo soldado juarista. Pronto trabajó como labrador y arriero.En 1906 asistió a una junta de campesinos en Cuautla para discutir la forma de defender frente a los hacendados vecinos sus tierras del pueblo. Su rebeldía lo condenó a la leva: en 1908, Zapata quedó incorporado al 9°. Regimiento de Caballería, en Cuernavaca.Se dice que el pretexto que se usó para su incorporación al ejército fue el hecho de que había raptado a una jovencita, ya que Zapata era conocido por ser un hombre muy enamoradizo. La acusación la puso el padre de Inés Alfaro Aguilar, joven con quien tiempo después Zapata tendría dos hijos: Nicolás y Elena Zapata Aguilar, aunque Zapata tuvo más hijos.
En septiembre de 1909, Emiliano Zapata fue electo presidente de la junta de defensa de las tierras de Anenecuilco, donde empezaría a analizar los documentos que acreditaban los derechos de los pueblos a sus tierras y se convertiría, de esa manera, en dirigente agrario de Morelos, su estado natal. Su primera aparición política ajena a su mundo campesino fue en las elecciones para gobernador de Morelos en 1909, cuando apoyó al candidato de la oposición, Patricio Leyva, en contra del de los latifundistas, Pablo Escandón y Barrón. En mayo de 1910 recuperó por la fuerza las tierras de Villa de Ayala, que eran protegidas por el jefe de policía José A. Vivanco y que dejó en posesión de los campesinos del lugar. Por este hecho tuvo que escapar varias veces del Gobierno, pues fue declarado bandolero. Después de haber recuperado las tierras, las dejó en posesión de todos los campesinos de aquel lugar. Algunos meses después participó en la reunión que se celebró en ese mismo lugar, es decir, en Villa de Ayala, con el objetivo de discutir lo que después se convertiría en el Plan de Ayala. En 1910, al estallar la revolución, Zapata se incorporó a las fuerzas maderistas, atraído por las demandas agrarias del Plan de San Luis, pero una vez que triunfó este movimiento, el reparto de la tierra no se llevó a cabo. Los hacendados, aprovechando que el ejército porfiriano se mantuvo en pie, presionaron para que las fuerzas campesinas fueran desarmadas y urdieran una traición que por poco le cuesta la vida a Zapata.
En esas condiciones, Zapata reorganizó a su ejército y tomó Yautepec, Cuautla y Cuernavaca. Al triunfo de la revolución maderista, se negó a deponer las armas mientras no se hiciera efectivo el reparto de tierras. Esta actitud la mantendría hasta el fin de su vida, la cual le provocó enfrentamientos con quienes ocuparon el poder, mostrándose fiel a los principios del Plan de Ayala, ideario agrarista en el que se reflejaban los anhelos de los campesinos, sintetizados en la frase “Tierra y Libertad”. La recuperación de las tierras que les habían quitado a los campesinos era su objetivo principal.
A partir de la proclamación del Plan de Ayala, los zapatistas defenderían su resolución contra los gobiernos de Madero, Victoriano Huerta y Venustiano Carranza. Liquidaron el latifundismo y repartieron la tierra; confiscaron los ingenios y una gran empresa papelera y los pusieron a trabajar en beneficio de la población; fundaron un banco agrícola y abrieron numerosas escuelas primarias y para adultos; reorganizaron la vida política de los municipios, dando impulso a la organización tradicional de los campesinos y creando comités de vigilancia. Sin embargo, derrotado Villa en el Norte, en 1915, sólo el zapatismo representaba un obstáculo a la consolidación del nuevo Gobierno. Contra Zapata se dirigieron numerosas fuerzas que prácticamente arrasaron el estado de Morelos. En 1919, víctima de una celada, Zapata fue asesinado en la hacienda de Chinameca, en el mismo lugar que ocho años atrás le tendieron igual traición. El movimiento zapatista fue derrotado militarmente, más no sus ideales de justicia
Tomado de ABN.
"Quiero morir siendo esclavo de los principios, no de los hombres."
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